«El sueño es un arte poético involuntario».
Inmanuel Kant
Sobre los sueños…
El mundo de los sueños ha despertado interés desde hace miles de años. Se hace referencia a ellos en prácticamente todas las culturas, los asirios, los egipcios, los griegos… todos le daban gran importancia al mundo onírico.
Hoy en día ya se llevan a cabo estudios sobre los sueños en distintas universidades, incluso sobre cómo inducir sueños lúcidos, aquellos en los que somos conscientes de que estamos soñando. También Freud le dio gran importancia a los sueños, para él era una forma de acceder al inconsciente y a los deseos reprimidos. Desde Freud muchos psicólogos han estudiado el mundo de los sueños y han desarrollado métodos que luego han aplicado en el tratamiento de sus pacientes.
En la década de los 50, Kleitman y Aserinski repararan en el movimiento de ojos mientras dormían los sujetos que eran objeto de su investigación y desde entonces se ha avanzado bastante, aunque todavía siguen habiendo incógnitas.
Se sabe que durante el sueño REM es cuando se tiene la mayor parte de los sueños y, que si nos despertamos en esta fase, son mucho más fáciles de recordar. En la fase 1 del sueño, vamos entrando en un estado de adormecimiento y nuestras ondas cerebrales van cambiando, pasando de las ondas Beta, estando en vigilia, a Alpha y theta. En la fase 2 esas ondas se mantienen en Theta y ya en las fases 3 y 4 entramos en las ondas Delta. Sobre todo en la fase 4 el sueño es más profundo. A lo largo de la noche solemos tener cuatro o cinco veces este recorrido, las cuatro fases del sueño más el sueño REM Estos ciclos suelen tener una duración de entre 90 y 120 minutos.
El sueño REM también es conocido como paradójico, ya que, durante esta fase, hay una pérdida del tono muscular, hay movimientos oculares rápidos y la actividad eléctrica de nuestro cerebro es muy similar a la que tenemos cuando estamos despiertos.
Existen muchas teorías para explicar por qué soñamos: Se sugiere que el sueño REM sirve para la formación de la memoria emocional y se cree que ya se produce desde que se está en el útero materno, por lo que, cuanto más inmaduro es el cerebro, más se sueña. Por otro lado el género humano no es el único que sueña, se piensa que todos los mamíferos lo hacen y que las aves sueñan de forma ocasional.
Algunos de los beneficios del sueño son:
Incrementar la creatividad y mejorar la imaginación.
Ayudar a perder peso.
Fortalecer el corazón y contribuir a la salud cardiovascular.
Eliminar el estrés y reducir la depresión.
Mejorar el rendimiento.
Fortalecer el sistema inmunitario, lo que mejora nuestra salud.
Aunque aún se sigue investigando, además de la función de descanso de nuestro cuerpo, durante el sueño, el cerebro reorganiza la información recibida a lo largo del día, ayuda a fijar los conocimientos y la memoria, tanto a corto como a largo plazo.
Para conseguir todos los beneficios que nos proporciona nuestro sueño y sacar partido de nuestro mundo onírico, hay que tener una buena higiene del sueño como, dormir en una habitación despejada y ventilada, hacer ejercicio con regularidad y llevar una alimentación sana.
«No duermas para descansar, duerme para soñar. Porque los sueños están para cumplirse».
Walt Disney
M Ángeles Muñoz Roldán
Psicóloga