El bolso de Mary Poppins
Cada tarea tiene algo de divertido. Si lo descubres ¡zas! el trabajo será un juego.
Y si se divierten, mejor lo harán. El ser feliz es un truco al fin.
Mary Poppins
El orden en nuestras casas y nuestros armarios es algo que está en plena actualidad, en Internet proliferan los blogs que nos proponen muchas y diferentes soluciones. Muchos de ellos tienen en común un enfoque minimalista que proviene principalmente de Oriente. Esto no es algo nuevo pues ya en el arte milenario del feng-shui, surgido en China, tenían como objetivo encontrar el equilibrio del hombre con la naturaleza a través de su entorno inmediato, el orden y la armonía en el espacio que se habita.
Nuestro estilo de vida nos impone ser más flexibles y funcionales en nuestras casas. Parece obsoleta aquella idea de comprar “cosas buenas para que nos duren toda la vida”, conservar regalos que, cuando los miramos, hacen rechinar algo en nuestro interior, en definitiva; acumular objetos de toda índole que hacen que nuestra casa, cada vez más, vaya pareciendo un museo en el que va siendo más difícil mantener aquella máxima de “un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar”.
Armarios repletos de ropa que hace tiempo no nos ponemos, pero que conservamos para cuando “recuperemos” la talla que teníamos hace unos cuantos años o cuando vuelvan a estar de moda —ya se sabe que todo vuelve—, aunque mientras tanto nos cueste encontrar ese par de camisas que son las que verdaderamente usamos.
¿Quién no ha visto alguna vez la película de Mary Poppins?
Mary Poppins llega al hogar de los Banks para poner en orden a un par de pequeños hermanos a quienes falta disciplina y que un padre banquero y una madre metida en política no pueden administrar.
Ordena con su magia el cuarto de los pequeños, haciendo desaparecer de en medio los juguetes, doblando la ropa, haciendo las camas y sacando de su maravilloso bolso infinidad de cosas necesarias y decorativas, —y es que algo bonito siempre nos hace sentir bien—.
Cuando ordenamos, no solo conseguimos el beneficio de tener una casa organizada y limpia que nos permite acceder a lo que necesitamos fácilmente, sino que, también obtenemos beneficios psicológicos, ya que, cuando el lugar en el que vivimos está ordenado y limpio encontramos serenidad, optimismo, sensación de control y mayor capacidad de tomar decisiones.
Buda decía que, en el término medio está la virtud. y en cuestión de orden, el término medio no ha de olvidarse, si nos vamos a un extremo se puede convertir en obsesión —trastorno obsesivo compulsivo—, algo muy disfuncional que hace la vida muy difícil, y si nos vamos al otro extremo, el desorden —síndrome de acumulación compulsiva— acumular o guardar objetos de toda índole que pueden complicar la vida y estropear la salud.
Algunos consejos que te ofrecemos para vivir en un orden sano son:
- Eliminar todo aquello que no utilicemos
- Cuando entra un objeto, sale un objeto
- Recoger antes de ir a dormir lo que hemos desordenado
- Mantener las superficies de trabajo como mesas y encimeras despejadas y limpias
- Colocar las cosas en su lugar
Lo ideal es que, cada uno encuentre su propia forma de mantener el orden en el que sentirse cómodo, dentro de el continuo orden-desorden, ya que, todos tenemos nuestro propio estilo personal, dependiendo de los modelos familiares, las experiencias previas o el aprendizaje realizado…
Y recordando nuevamente a Mary Poppins:
“Bien empezar es medio acabar.”
María Ángeles Muñoz Roldan
Psicologa
Fantástico artículo, cuanto me ha gustado, me ha hecho reflexionar. Yo ya sigo tus consejos y realmente me siento más serena cuando no hay un exceso de objetos desordenados frente a mi, estoy totalmente de acuerdo en que el orden me ayuda a sentirme mejor y estar más equilibrada. Muchas gracias por tratar este tema.
Muchas gracias por tu comentario Marga.