Un cáncer en la familia: Qué “hacer” y qué “no hacer” para ayudar y ayudarse.
“Hay males que no se pueden curar con dinero,
sino solo con amor.”
Madre Teresa de Calcuta
Actualmente la palabra cáncer, aunque nos sigue asustando, ya no nos sorprende. Sabemos que en el cáncer son varios los factores que influyen: los genéticos, los psicológicos y los ambientales. Prácticamente todos conocemos a alguien que lo ha padecido o lo padece, pero afortunadamente, cada día hay muchas personas que lo superan gracias a la ciencia.
Aunque quien lo padece es siempre quien se lleva la peor parte, los familiares y amigos del afectado también sienten un gran sufrimiento y en muchas ocasiones no saben y/o no pueden gestionar todo lo que trae consigo tener a alguien con cáncer.
Cuando una persona es diagnosticada de cáncer la vida cambia en un minuto tanto para quien lo padece como para quienes están a su alrededor, por ello, en este artículo nos centraremos principalmente en el aspecto psicológico, tan importante y a veces tan desconocido para esos familiares y amigos.
En ocasiones, la impotencia además de otros sentimientos como el miedo y la tristeza, nos llevan a no saber cómo actuar. Tanto es así, que en algunos casos familiares y amigos optan por alejarse, ya sea por no querer ver el sufrimiento de cerca o por no saber cómo actuar y qué decir.
Tener información es fundamental sobre todo para aquellos familiares que se hacen cargo del enfermo, si no la tuviesen,es algo positivo involucrarse activamente para conseguirla y poder así actuar adecuadamente.
En cuanto al paciente, debemos ser cuidadosos con la forma y el momento de darle la información, palabras adecuadas y cantidad de información dependen de la personalidad del enfermo, pues hay quien prefiere no saber nada, quien sólo necesita la información justa y quien es capaz, desde el primer momento, de afrontar y gestionar todo lo relativo a su enfermedad.
Cuando un ser querido sufre una enfermedad como el cáncer, todo su ámbito entra en shock y la mejor forma de abordar esto es la naturalidad.
Algunos consejos que se podrían llevar a cabo serían:
- No intentar demostrar que estamos bien si no lo estamos, pero procurando no caer en el dramatismo.
- No tratar de llenar los silencios con palabras o frases hechas, es mejor el silencio, que sienta que estamos ahí escuchando cuando desee hablar, mirándole a los ojos y ofreciéndole nuestro contacto.
- Sin dar falsas esperanzas, debemos centrarnos en lo que sí se puede hacer (de ahí la información) y hablar en positivo, y si nos pide o permite algún consejo, procurar no ser demasiado agobiantes sobre lo que debería hacer, pensar o sentir.
- Manifestarle nuestro cariño, decirle que le queremos. Es importante que no tenga la sensación de ser una carga.
- Hablarle de los intereses que compartimos diferentes a la enfermedad y si es posible y en la medida en que se pueda, ayudarle o acompañarle a realizar las actividades que se llevaban a cabo antes de estar enfermo.
Es también normal que, quienes más se encargan de personas que sufren de cáncer, se olviden de ellos mismos, llegando a sufrir un alto nivel de estrés y por ello es conveniente que cuando dispongan de momentos libres descansen y lleven a cabo actividades de auto cuidado y lúdicas tales como:
- Buscar apoyo emocional con quien poder hablar de lo que está ocurriendo, ya sea con los amigos, un grupo de apoyo o un psicólogo.
- Tener algunos momentos de distracción, por ejemplo, salir con amigos a comer, ir al cine o a visitar alguna exposición.
- No perder el contacto con el mundo real, manteniéndose al día con la actualidad.
- Mantener pequeñas actividades que ayuden a sentir que la vida no se ha paralizado.
- Y lo más importante: no tratar de hacerlo todo solo, ¡¡PIDE AYUDA!!
He de decir que después de haber sufrido en primera persona una enfermedad de este tipo, tanto mi familia como mis amigos lo hicieron de DIEZ. Me acompañaron, me consolaron, me cuidaron, me apoyaron y a veces disimularon como los mejores.
“La vida siempre espera situaciones críticas
para mostrar su lado brillante.”
Paulo Coelho
Mª Ángeles Muñoz
Psicóloga
Gracias por este articulo tan útil.
Gracias a ti por tu comentario.