PAUL WATZLAWICK decía que: “No es posible no comunicarse. Actividad o inactividad, palabras o silencio, tienen siempre valor de mensaje: influyen sobre los demás, quienes, a su vez, no pueden dejar de responder a tales comunicaciones y, por ende, también comunican”.
El funcionamiento de las sociedades humanas es posible gracias a la comunicación.
La comunicación es inherente al ser humano pero no siempre la efectuamos de la forma más adecuada, de hecho, casi todo el mundo se comunica bien en algunas áreas y no tan bién en otras.
Las habilidades sociales nos permiten comunicarnos con los demás de forma eficaz, ayudándonos a tener mejores relaciones interpersonales y a obtener nuestros objetivos. Con un entrenamiento adecuado podemos aprender a desarrollar aquellas áreas en las que necesitamos algún tipo de refuerzo.
LA ASERTIVIDAD forma parte de las habilidades sociales. Es la capacidad de poder expresar lo que pensamos y sentimos, de forma correcta, defendiendo nuestros propios derechos y al mismo tiempo respetando los derechos de los demás.
A través de su entrenamiento mejoramos nuestra interacción con los demás sin padecer estrés ni ansiedad. Sabiendo manifestar nuestras emociones sin sentirnos cohibidos y sin agresividad.
Algunas de estas conductas asertivas pueden ser:
· Hacer una petición
· Solicitar ayuda
· Mostrar desacuerdo
· Hacer o recibir críticas
· Hacer cumplidos
· Decir no
Comunicarnos de una forma asertiva mejora nuestra autoestima, sintiéndonos más cómodos con nosotros mismos, dándonos la capacidad de relacionarnos con los otros de igual a igual, reconociendo nuestras diferencias que son las que nos hacen únicos y sin por ello menospreciar a los demás.