¿Qué es la depresión?
La OMS describe a la depresión como un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.
Es un trastorno conocido históricamente, Hipócrates ya la describía en el siglo IV antes de Cristo, la llamó “melancolía”, desde entonces el número de personas con depresión no ha dejado de crecer y en la actualidad afecta alrededor de un 10% de mujeres y un 5% de hombres y a lo largo de la vida, en torno al 15% de las personas la habrán sufrido en algún momento.
El principal problema de la depresión reside en que no siempre es diagnosticada y tratada lo que hace que aumenten los problemas derivados de esta, sin embargo, cuando es detectada y se aplica un tratamiento en sus etapas más tempranas, mejora considerablemente.
¿Cuáles son los síntomas de la depresión?
Estos son algunos de los síntomas que te pueden ayudar a identificar la depresión:
– Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi cada día según lo indica el propio sujeto (por ejemplo, se siente triste, vacío, sin esperanza) o la observación realizada por otros (por ejemplo, parece lloroso).
– Pérdida de peso significativa sin hacer dieta o ganancia de peso (por ejemplo, un cambio de más del 5% del peso corporal en un mes), o disminución o aumento del apetito casi todos los días. (Nota: En niños hay que valorar el fracaso para hacer la ganancia de peso esperada).
– Insomnio o hipersomnia casi todos los días.
– Agitación o enlentecimiento psicomotores casi cada día (observable por los demás, no meras sensaciones de inquietud o de estar enlentecido).
– Fatiga o pérdida de energía casi todos los días.
– Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados (que pueden ser delirantes) casi cada día (no sólo remordimiento o culpa por estar enfermo).
– Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión, casi cada día (ya sea una atribución subjetiva o una observación ajena).
– Pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor a la muerte), ideación suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan específico para suicidarse.
¿Cuáles son las causas de la depresión?
No existe consenso sobre las causas exactas de la depresión, aunque muchos científicos coinciden en que “los estados depresivos son el resultado de la interacción de múltiples factores, genéticos, evolutivos, bioquímicos e interpersonales”, entre ellos: estrés, dolor, cambios en los niveles hormonales, ciertas enfermedades, el abuso de sustancias o la toma de algunos medicamentos. Alguno de estos factores o varios combinados pueden provocar los cambios en la química del cerebro que conducen a la depresión.
Si tomas medicamentos, debes revisar el prospecto para comprobar que la depresión no aparece como efecto secundario de alguno de ellos.
¿Cómo nos afecta la depresión?
La depresión afecta a sentimientos, pensamientos, comportamientos y salud, de la siguiente forma:
Sentimientos.-Tristeza, desesperación, culpa, mal humor, pérdida de control, falta de interés en amigos, familiares, en actividades preferidas y en el sexo.
Pensamientos.- Problemas de concentración, toma de decisiones, pérdida de memoria, pensamientos de autolesiones, delirios y alucinaciones.
Comportamientos.- Rechazo de otras personas, abuso de sustancias, disminución del rendimiento en el trabajo, estudios u otros compromisos y autolesiones.
Problemas físicos.-Cansancio y falta de energía, dolores, cambios en el apetito por exceso o defecto, pérdida o aumento de peso, trastornos del sueño y problemas sexuales.
¿Cómo se trata la depresión?
Antes de hablar de su tratamiento tenemos que repasar algunas premisas que son fundamentales para su reconocimiento y aceptación. Son los siguientes:
– La depresión es una enfermedad real.
– La depresión no afecta a las personas de la misma forma.
– La depresión es tratable.
– Si tienes depresión, no debes aislarte.
Una vez entendido y aceptado esto, debemos saber que el tratamiento de la depresión es un tratamiento a largo plazo y pasa por un trabajar en varios frentes: el psicológico y el farmacológico.
Inicialmente el tratamiento farmacológico puede aliviarnos el sufrimiento, actuando sobre los síntomas, sin embargo, el tratamiento psicológico sigue siendo el motor de la curación. Con el tratamiento adecuado podrás comenzar a sentirte bien en apenas unas semanas, aunque te costará algo más recuperar tu estado inicial y después no debes bajar la guardia para evitar una recaída.
El entorno es un complemento esencial para el éxito del tratamiento, por ello no debes dudar en confiar en tu familia, amigos o en tu pareja y, si es posible, hablar con ellos sobre tus sentimientos.
Si crees que puedes tener depresión, te reconoces en algunos de los síntomas o sufres sus consecuencias, debes acudir a un profesional que después de un análisis, determinará la forma más conveniente de iniciar un tratamiento que te ayude a mejorar y volver a sentirte como te gustaría y a retomar las riendas de tu vida.
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