-

La Atención Plena (Mindfulness)

«La facultad de aceptar voluntariamente el traer de vuelta una atención errante, una y otra vez, es la raíz misma del juicio, el carácter y la voluntad.”
William James

Cada uno de nosotros tiene su rutina en la vida cotidiana, la ducha, el desayuno; si hay niños, afrontar el inevitable caos doméstico; la ruta habitual para el trabajo; ir pensando en lo que nos espera ese día… y con pocas variaciones un día es la copia de otro.

Hoy en día parece que todo se ha vuelto automático, repetimos el mismo día una y otra vez como en la pelicula de Bill Murray “Atrapado en el tiempo”, pasamos por la vida sin que ella pase por nosotros. Y es que en nuestra rutina cotidiana no nos damos cuenta de lo que hacemos a menos de que se presente un problema o haya algo fuera de lo común.

¿Qué nos supone vivir en automático?

Vivir en automático tiene su coste, aunque la rutina dé comodidad y seguridad, cuando hay algo que se sale de esta conducta repetida pueden surgir descuidos que van, desde cosas sin importancia como ponerse los calcetines desparejados, hasta cosas más serias como olvidos de citas importantes o recoger a nuestros hijos del colegio. Realizamos las actividades sin prestar atención a la tarea misma.

Desconectamos de nuestro cuerpo y no escuchamos las señales que nos envía a través de las sensaciones físicas, como las de malestar que nos avisan de que algo no va bien. Y es que actuar sin pensar equivale a estar atrapado en un mundo rígido. El automatismo limita nuestro control y nos impide tomar decisiones pensadas.

La Atención Plena o Mindfulness

Lo opuesto al automatismo es el prestar atención al momento presente. La atención ha sido y es un tema muy estudiado en psicología. Es un proceso complejo que nos permite seleccionar los estímulos relevantes, tanto a nivel interno como los estímulos que proceden del exterior. A través de nuestros sentidos percibimos la información que luego procesamos y codificamos, haciendo que esté disponible a través de la memoria, con quien está íntimamente relacionada.

La atención tiene varias funciones, dependiendo de la actividad o estímulos que se presenten. Puede detectar los estímulos inusuales o potencialmente peligrosos lo que a su vez nos permite actuar de la forma más conveniente, como por ejemplo huir en una situación de peligro.

También podemos focalizarla y sostenerla, cuando la tarea necesita un tiempo prolongado, como por ejemplo: estudiar, leer, o llevar a cabo un trabajo de precisión. Además, nos permite atender a diferentes estímulos al mismo tiempo.

Nos sirve entre otras cosas para aprender, hay muchas acciones que forman parte de nuestro día a día que hemos aprendido, unas más complejas que otras y que una vez aprendidas las incorporamos a nuestra rutina y nos permiten gestionar nuestra vida de forma más fácil. Conducir, leer y escribir, son un ejemplo de eso.

El Mindfulness sirve para entrenar nuestra atención y desarrollarla en todos los ámbitos de nuestra vida, no solamente para cosas concretas como las que hemos mencionado anteriormente. Tiene sus orígenes en el budismo y más de 2000 años de antigüedad. La investigación científica, realizada de forma sistemática, comenzó en la década de los 70 con Jon Kabat-Zinn de la universidad de Massachussets y Richard Davidson de la universidad de Wisconsin, desarrollando programas que han permitido medir sus efectos positivos en diferentes situaciones, como por ejemplo, ante una situación de estrés.

La práctica central del Mindfulness es la meditación con diferentes técnicas que nos ofrecen mayor capacidad de auto-observación, mayor autoconocimiento. Nos desconecta de los automatismos consiguiendo una mayor calma, lo que disminuye el estrés y la ansiedad.

El Mindfulness tiene muchos beneficios ya contrastados por la ciencia entre ellos:
–  Ayuda a regular la presión arterial, disminuye la secreción de la hormona cortisol, lo que mejora el sistema         inmune al disminuir el estrés.
–  Mejora el sueño y los síntomas de ansiedad.
–  Consigue mejoras en los diferentes estados del ánimo, desde la depresión hasta el control de los impulsos y la ira.

Anímate e introduce el Mindfulness en tu vida, puedes comenzar con dos o tres minutos al día, simplemente observando tu respiración, e ir aumentando este tiempo progresivamente. Si lo haces ¡¡te alegrarás de ello!!

“Lo fantástico de la meditación es que te vuelves
cada vez más tu mismo.”
David Lynch

M Ángeles Muñoz
Psicóloga

¿Te ha gustado? ¡Compártelo!
Email this to someone
email
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter

Usamos cookies propias y de terceros para mejorar tu experiencia y realizar tareas de analítica. En la barra inferior podrás ver que están desactivadas hasta que las aceptes. Por favor, acepta nuestra política de cookies. más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar