“El arte del descanso es una parte del arte de trabajar”.
John Steinbeck
Pasamos todo el año esperando a que lleguen las vacaciones, sin embargo, cuando ya están aquí, las cosas no parecen ser tan ideales como las habíamos imaginado.
Cuando durante el año hemos vivido con estrés, con mucho trabajo y muchas prisas, puede ser difícil desconectar de un día para otro, por ello, cuesta relajarse y no logramos desconectar.
También cuenta el hecho de que hoy en día es más fácil que nunca seguir conectados, pues la tecnología nos lo permite, de tal forma que, favorece pensar en los asuntos pendientes, ya que parece que no cuesta nada ir solucionándolos.
Por otra parte, programar muchas actividades en las vacaciones también puede generarnos estrés: queremos que nuestra familia lo pase lo mejor posible y pensamos que hay que hacer muchas cosas para ello, lo que implica seguir con la dinámica de todo el año.
Algo que también nos impide disfrutar son los problemas en la pareja, que hacen que la comunicación sea difícil estableciendo una tensión extra al pasar más tiempo juntos.
Algunos consejos:
– Si puedes, ve bajando el ritmo de trabajo unos días antes de las vacaciones, normalmente hacemos lo contrario.
– Haz un pacto contigo mismo y deja el teléfono y el ordenador de la empresa en casa. La desconexión digital es tu derecho.
– Alterna los días con actividades y deja espacio a la improvisación y el descanso, permitiéndote hacer aquello que realmente te apetezca.
– Sé flexible, si hay imprevistos, recuerda que estás de vacaciones y se pueden hacer otras cosas.
Las vacaciones son el mejor complemento de una buena vida, y en la buena vida, todo está en su justa medida.
Ángeles Muñoz
psicóloga